Juegos de Otoño es la nueva obra del maestro Francisco Ibáñez Irribarría que CM Ediciones Musicales S.L. incorpora a su fondo editorial, después de haber publicado otras obras corales –con acompañamiento instrumental u orquestal- del mismo autor, como Hitzera Itzuli, Ave Maria in memoriam y Dona nobis pacem. Con esta aportación CM Ediciones pone al alcance de intérpretes y educadores un corpus de música coral infantil de calidad que tiende a satisfacer una creciente demanda de este tipo de repertorio, por parte de músicos y educadores.

La presente publicación de Juegos de Otoño ha sido posible gracias al apoyo del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco.

Juegos de Otoño se debe al encargo que la Federación de Coros Infantiles de Álava hizo en su día a Francisco Ibáñez. La obra fue compuesta en 1992 y se estrenó en mayo del año siguiente por un gran conjunto coral de 550 voces infantiles y la Banda de la Ertzaintza, bajo la dirección de Juanjo Mena. Más adelante, en 1996, Ibáñez Irribarría reinstrumentó la obra para orquesta y esta versión de Juegos de Otoño para coro infantil y orquesta fue llevada al disco por el maestro Mena. Partió el compositor de un poema estrófico de María Jesús Santervás, su esposa, y la obra está dedicada a Mikel, hijo de ambos que, por entonces, contaba solamente unos meses de edad.

La forma de la composición está dictada por la distribución del poema en diez estrofas, pero el compositor evitó la fragmentación de la obra proponiendo un trazo continuo con naturales engarces instrumentales entre las diferentes estrofas y, por añadidura, poniendo en juego el mismo material musical en las estrofas primera y última, con lo cual la composición transmite una inequívoca sensación de unidad. Es como si se tratara de una reelaboración de la tradicional forma sonata con secciones de exposición, desarrollo y reexposición. Reforzando el carácter de recapitulación que propone la décima estrofa, en ésta se vuelve -después de un intrincado camino armónico- a la tonalidad inicial de Fa mayor, curiosamente la más relacionada con la expresión pastoril y campestre (véase la Pastoral de Beethoven) y más concretamente con la evocación del otoño (véase El Otoño de Las 4 estaciones de Vivaldi), si bien afirma el compositor que esto no fue tenido en cuenta por él a la hora de abordar el trabajo, lo cual no hace sino ahondar en la misteriosa vinculación que existe entre concretas necesidades expresivas y concretas tonalidades.

José Luis García del Busto