Motete escrito para cuatro voces iguales a capella. De carácter sobrio y al mismo tiempo emotivo, su escritura comienza evocando ciertos aires arcaizantes. Tras el climax tiene lugar una singularidad armónica: el tema principal reaparece transportado un semitono ascendente. De esta manera, la posterior vuelta a la tonalidad inicial y el consiguiente ensombrecimiento cromático coincidiendo con las palabras “ahora y en la hora de nuestra muerte” consiguen envolver y subrayar el sentido del texto de manera notable desde el punto de vista expresivo.